Se realizan una serie de modificaciones al proyecto original enviado desde la Diputación Provincial para adecuarlo a las necesidades del barrio. El pavimento se cambia en ciertos espacios, colocando un adoquín rústico para proporcionar mayor calidez a un entorno histórico, como en la Plaza de San Indalecio, Cantón de la Infanzonía o el Rincón de la Trinidad.